viernes, 6 de abril de 2012

NO te unas en yugo desigual!!!....


Amada Hermana
Amado Hermano
He sabido que Ud. Piensa casarse con alguien que no está unido con Ud. en la fe cristiana, y temo que usted no haya pensado cuidadosamente este asunto importante. Antes de dar un paso que ha de ejercer influencias sobre toda su vida fututa, le ruego que estudie el asunto con oración y reflexión.
¿Resultara esta nueva relación en fuente de verdadera felicidad? ¿Le ayudara en la vida cristiana? ¿Agradara a Dios? ¿Sera él suyo un ejemplo seguro para otros? Antes de dar su mano en matrimonio, toda mujer y todo hombre deben averiguar si aquel o aquella con quien está por unir su destino son dignos. ¿Cuál ha sido su pasado? ¿Es pura su vida? ¿Es de un carácter noble y elevado en amor que expresa, o es un simple cariño emotivo? ¿Tiene los rasgos de carácter que la o lo harán a ella o a el feliz? ¿Puede encontrar verdadera Paz y Gozo en su afecto? ¿Le permitirá conservar su individualidad, o deberá entregar su juicio y su conciencia al dominio de su esposo o esposa?
Como discípula y discipulo del Señor, no se pertenece; ha sido comprado (a) con precio. ¿Puede ella o el honrar los requerimientos del Salvador como Supremo? ¿Conservara su alma y su cuerpo, sus pensamientos y propósitos puros y santos? Estas preguntas tienen una relación vital con el bienestar de cada mujer o cada hombre que contrae matrimonio.
Se necesita una gran fe en el hogar, únicamente ella o el pueden impedir los graves males que con tanta frecuencia amarga la vida conyugal. Únicamente donde reina el Señor Jesucristo puede haber amor profundo, verdadero y abnegado, entonces las almas quedaran unidas y las dos vidas se fundirán en armonía. Los Ángeles de Dios serán huéspedes del hogar, y sus santas vigilias santificaran la cámara nupcial.
Quedará desterrada la degradante sensualidad, los pensamientos serán dirigidos hacia arriba, hacia Dios; y a él ascenderá la devoción del corazón. El corazón anhela amor humano, pero este amor no es bastante fuerte ni puro, ni precioso para reemplazar el amor de Dios. Únicamente en su Salvador puede la esposa o el esposo hallar sabiduría, fuerza y gracia para ser frente a los cuidados, responsabilidades y pesares de la vida. Ella o él deben hacer de él o ella su fuerza y guía.
Dese la mujer o el hombre al Señor antes de darse a otro amigo terrenal y no forme ninguna relación que contrarié esto. Los que quieren disfrutar verdadera felicidad, deben tener la bendición del cielo sobre todo lo que poseen, y sobre todo lo que hacen. En la desobediencia a Dios la que llena tantos corazones y hogares de infortunio.
Hermana mía, hermano mío, a menos que quieras tener un hogar del que nunca se levanten las sombras, no se una nunca a un enemigo de Dios. Suplico que considere el paso que se propone dar; pregúntese: “¿Apartara un esposo o una esposa incrédula (o) mis pensamientos del Señor? ¿No me inducirá a disfrutar las cosas en que él se goza?”. La senda que conduce a la vía eterna, es penosa y escarpada; ni tome sobre si pesos adicionales que retarden su progreso. Ud. No tiene bastante fuerza espiritual y necesita ayuda en vez de impedimento.
El Señor ordeno al antiguo Israel que no se relacionara por casamiento con las naciones idolatras que lo rondaban: Y no emparentaras con ellas; no darás tu hija a su hijo ni tomaras a su hija para su hijo”, se da la razón de ellos. La sabiduría infinita, previendo el resultado de tales uniones, declara: “Porque enviara a tu hijo de en pos de mí, y servirán a dioses ajenos; y el furor de Jehová se encenderá sobre vosotros, y te destruirá pronto” porque tú eres pueblo santo a Jehová tu Dios. Jehová tu Dios te ha escogido para ser un pueblo especial, más que a todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra”. “ Conoce, pues, a Jehová,  tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que aman y guardan sus mandamientos, hasta las mil generaciones; y que da el pago en su cara al que aborrece, destruyéndole: Ni lo idolatra, al que le odia en su cara le dará el pago”. (Deuteronomio 7:3; 4, 6, 9,10).
En el Nuevo Testamento hay prohibiciones similares acerca del casamiento de los cristianos con los impíos. El Apóstol Pablo en su primera carta a los Corintios declara: La mujer está atada a la ley mientras vive con su marido; mas si su marido muriere, libre es: cásese con quien quisiera, con tal que sea en el Señor”. También en su segunda epístola escribe: “No juntéis en yugo con los infieles: porque ¿Qué compañía la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? ¿Y que concordia Cristo con la Belial? ¿O que parte el fiel con el infiel? Porque vosotros Padre, y vosotros me seréis a mi hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso (1º Corintios 7: 39; 2 Corintios 6:14-18).
Hermana mía, hermano mío, ¿Osara Ud. Despreciar estas indicaciones claras y positivas? Como hija o hijo de Dios, súbdita o súbdito del Reino del Señor, comprada (o) con sangre, ¿Cómo puede Ud. unirse con quien no reconoce sus requerimientos, que no está dominado por su Espíritu? Las ordenes que he citado, no son palabras de hombre, sino de Dios. Aunque el compañero de su elección fuese digno en todos los demás respectos (Y me consta que no lo es), no ha aceptado la verdad para este tiempo; es incrédulo, y el cielo le prohíbe a Ud. unirse con él o con ella. Ud. no puede, sin peligro para su alma, despreciar esta recomendación  divina.
Yo quiero advertirle su peligro antes que sea demasiado tarde. A creer que todo anduviera bien; pero no lee los motivos que inspiran esas hermosas palabras. Ud. no puede ver las profundidades de las perversidades ocultas en el corazón, Ud. no puede mirar detrás de las escenas, y discernir las trampas que satanás está tendiendo para su alma. El o ella quisieran inducirla (o) a seguir una  conducta que le haga fácilmente accesible para disparar las saetas de la tentación contra Ud. No le conceda la menor ventaja mientras Dios obra sobre la mente de sus siervos, satanás obra por medio de los hijos de la desobediencia.
No hay concordia entre el Señor y Belial, los dos no pueden armonizar; unirse con un incrédulo es ponerse en terreno de satanás, Ud. agravia al Espíritu Santo de Dios y pierde el derecho a su protección. ¿Puede Ud. incurrir en tales desventajas mientras pelea la batalla por  la vida eterna? Tal vez Ud. diga: “¿pero yo he dado mi promesa?, ¿Debo retractarla?, le contesto: Si Ud. ha hecho un promesa contraria a las sagradas escrituras, por lo que más quiera retráctela sin dilación, y con humildad delante de Dios, arrepiéntase de la infatuación que la indujo a hacer una promesa tan temeraria.
Es mucho mejor retirar una promesa tal, en el temor de Dios que cumplirla, y por ello deshonrar a su Hacedor. Recuerde Ud. que tiene un cielo que ganar, una senda abierta a la perdición que reunir. Dios quiere decir lo que dice cuando prohibió a nuestros primeros padres que comieron del fruto del árbol del conocimiento, su desobediencia abrió las compuertas de la desgracia para todo el mundo. Si andamos en forma que contrarié a Dios, él nos contrariara a nosotros, nuestra única senda consiste en reunir obediencia a todos sus requerimientos, cueste lo que cueste. Todos están fundados en una sabiduría y un amor infinito.
Es Espíritu de mundanalidad intensa que existe ahora, la disposición a no reconocer derechos superiores a los que la complacencia propia, constituyen una de las señales de los postreros días. “Como fue en los días de Noé – el Señor -  así también será en los días del hijo del hombre. Comían, bebían, los hombres tomaban mujeres y las mujeres maridos, hasta el día que entro Noé en el arca; y vino el diluvio y destruyo a todos” (Lucas 17:26,27)
Los miembros de esta generación se están cansando y dando en casamiento con el mismo desprecio temerario de los requerimientos de Dios que se manifestaban en los los días de Noé. Hay en el mundo cristiano una indiferencia asombrosa y alarmantes para con las enseñanzas de la palabra de Dios acerca del casamiento de los cristianos con los incrédulos. Muchos de los que profesan amar y temer a Dios prefieren seguir su propia inclinación antes de aceptar el consejo de la sabiduría infinita.
Es un asunto que afecta vitalmente la felicidad y el bienestar de ambas partes, para este mundo y el venidero, la razón, el juicio y el temor de Dios son puestos a un lado, y deja que predominen el impulso ciego y la determinación obstinada. Hombres y mujeres que otras cosas son sensatos y concienzudos cierran sus oídos a los consejos; son sordos a las suplicas y ruegos de amigos y parientes y de los siervos de Dios. La expresión, es tratada como enemigo.
Todo esto está de acuerdo con el deseo de satanás; el teje su ensalmo en derredor del alma, y esta queda hechizada, infatuada. La razón deja caer las riendas, el dominio propio sobre el cuello de la concupiscencia, la pasión no santificada predomina, hasta demasiado tarde, la víctima se despierta para vivir una vida de desdicha y servidumbre. Este no es un cuadro imaginario, sino un relato de hechos ocurridos. Dios no sanciona las uniones que ha prohibido expresamente.
Durante años he venido aconsejando a diferentes personas que habían contraído matrimonios infortunados, y las historias repugnantes que fueron presentadas bastan para hacer doler el corazón. No es ciertamente cosa fácil decidir que clase de consejo se puede dar a estas personas desdichadas, ni como se podría aliviar su condición, pero por lo menos su triste suerte debe servir de advertencia para otros. 
En esta época del mundo, cuando las escenas de la historia terrenal están por clausurarse pronto, y estamos por entrar en el tiempo de angustia como nunca lo hubo, cuanto menos sean los casamientos contraídos mejor está trabajando con todo engaño de iniquidad en aquellos que parecen, eviten los creyentes unirse con los incrédulos. Dios ha hablado. Todos los que le temen se someterán a su sabia recomendación; nuestros sentimientos,  impulsos y afectos deben fluir hacia el cielo, no hacia la tierra en el vil y abajo cause de los pensamientos y las complacencias sensuales.
Ahora hermana mía, hermano mío como discípula o discípulo del Señor, Ud. debe indagar cual será la influencia del paso que esta por dar, no solo sobre sí misma, sino sobre otros. Los que siguen al Señor han de colaborar con su Creador, debe ser irreprensibles y sencillos hijos de Dios, sin culpa en medio de la nación maligna y perversa – dice Pablo – “entre los cuales resplandecéis como luminares en el mundo” (Filipenses 2:15). Hemos de recibir los brillantes rayos del Sol de Justicia, y por nuestras buenas, debemos dejarlo resplandecer sobre otros, como claros y constantes reflejos que nunca vacilan ni se empañan. No podemos estar seguros de que no estamos perjudicando a quienes nos rodean, a menos que estemos ejerciendo una influencia positiva que los conduzcan hacia el cielo. 
“Sois mis testigos” dijo el Señor, y en cada acto de nuestras vidas debemos preguntar: ¿Cómo afectará nuestra conducta los intereses del Reino del Redentor? Si Ud. es verdadera (o) discípula (o) el Señor, elegirá andar en sus pisadas, por dolorosos que sea para sus sentimientos naturales. Pablo dice: “más lejos este de mi gloriarme, sino en la Cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo me es crucificado a mí, y yo a mundo”
Ud. Hermana, hermano,  necesita sentarse a los pies del Señor y aprender de él como María antiguamente. Dios requiere de Ud. una completa entrega de su voluntad, sus planes y propósitos. El Señor es su conductor; Ud. debe mirar a él; en él debe confiar sin permitir que cosa alguna la o lo desvié de la vida de consagración que Ud. debe a Dios. Su conversación debe concernir a cielo, del cual Ud. espera al salvador. Su piedad debe ser de tal carácter que se haga sentir entre todos los que entren en su esfera de influencias, otros requieren de Ud. que en cada acto de la vida rehúya la misma apariencia del mal.
¿Esta Ud. haciéndolo? Ud. esta bajo la más sagrada obligación de no empequeñecer ni comprometer su santa fe vinculándose con los enemigos del Señor. Si Ud. esta tentada o tentado a despreciar las recomendaciones de su palabra porque otros lo hayan hecho, recuerda que también en su ejemplo ejercerá influencia. Otros harán como Ud. y así el mal se extenderá; si mientras Ud. profesa ser hija o hijo de Dios, no cumple su requerimiento, causara un daño infinito a quienes la miran o lo miran en busca de dirección.
La salvación de las almas debe ser el blanco constante de los que moran en él Señor Jesucristo. Pero ¿Qué ha hecho Ud. para Alabar a aquel que la o lo saco de las tiniebla? “Despiértate, tu que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrara Cristo” (Efesios 5:14).
Sacuda Ud. esta infatuación fatal que enloquece a sus sentidos y  paraliza la energía de su alma, se nos ofrecen los mayores incentivos a ser fieles, los más altos motivos, las más gloriosas recompensas; los cristianos han de ser representantes del Señor, hijos e hijas de Dios. Son sus joyas, sus tesoros peculiares; acerca de todos los que se mantengan firmes declara: “Andará conmigo en vestiduras blancas; porque son dignos” (Apocalipsis 3:4). Los que lleguen a los portales de la bienaventuranza eterna no consideraran demasiado grande ningún sacrificio que haya hecho.


Dios le ayude a soportar la prueba, y a conservar su integridad.
Aférrese por la fe al Señor, no falte a su Redentor.
Tu familia es ejemplo. Tus  padres, sufren por eso. Consulta con ellos

“SE FELIZ”



No hay comentarios:

Publicar un comentario